Es más probable que tu mensaje InMail llegue a buen puerto si comienzas con algo que le interesa al posible cliente. Mira cómo Miguel prioriza esto en el asunto y en la estructura del mensaje InMail que le envía a Carmen para llamar su atención de inmediato.
No hay nada de malo en mencionar que conoces los intereses del posible cliente porque los has leído en su perfil de LinkedIn. Después de todo, se trata de información que se comparte voluntariamente en un contexto profesional. Miguel también incorpora con naturalidad aspectos del perfil de Carmen en la introducción del mensaje, como el hecho de que ella trabaja en Alicante.
Desde el punto de vista comercial, el texto de Miguel se centra absolutamente en Carmen, su posible cliente. Frases como «al ver tu intensa actividad» e «intuyo que tienes en mente» describen claramente la situación del posible cliente y la relaciona con las aptitudes o los servicios del profesional de ventas.
Miguel también evita las expresiones que puedan resultar demasiado persuasivas o comerciales. En lugar de dar por hecho que Carmen tiene tiempo para dedicarle, le pregunta qué le resulta más práctico a ella, para demostrar que está dispuesto a adaptarse a sus preferencias. Deja que el posible cliente decida sobre los pasos siguientes, pero incluye una llamada a la acción (en este caso, una llamada telefónica o una reunión).
