Es verdad que trabajar en una gran empresa puede ser una magnífica experiencia, pero no suele darse el caso de ver el resultado de un proyecto y decir, «Sí, eso lo hice yo». En una empresa pequeña, en cambio, los empleados pueden identificar fácilmente el impacto de su trabajo. Esto es motivo de orgullo para muchas personas, y un plus que puedes resaltar cuando te comuniques con posibles candidatos.

Si tu pequeña empresa tiene valores sólidos, utilízalos como argumento para atraer a los empleados. Las empresas con objetivos que van más allá de vender un producto o servicio suscitan el interés de los candidatos y hacen que los empleados estén orgullosos de trabajar en ellas.

A nadie le sorprende que el sueldo ocupe el primer lugar de la lista de prioridades para los empleados. Sin embargo, esto puede ser motivo de preocupación si eres una pequeña empresa que no tiene los mismos recursos que una multinacional.

Lo bueno es que, aunque la parte económica tiene su peso, los empleados de pequeñas empresas le dan mucha menos importancia que los que trabajan en multinacionales. El 66% de los empleados de grandes empresas valoró la remuneración y los beneficios como factor primordial, frente al 59% de los empleados de pequeñas empresas.

Las grandes corporaciones pueden ofrecer una mayor seguridad laboral y una perspectiva profesional clara, algo difícil de superar por parte de las empresas más pequeñas. Por suerte, los empleados de estas últimas suelen dar menos importancia a esos aspectos: para ellos lo fundamental es que haya una buena gestión.

En una empresa más pequeña, todo el mundo tiene voz y voto. Los empleados tienen más posibilidades de acceder a puestos de liderazgo y más oportunidades de demostrar su valía, lo que hace que estén más motivados en su trabajo.

En lo relativo a cultura empresarial, las compañías más pequeñas juegan con ventaja. Mientras que las empresas más grandes suelen aplicar un sistema rígido o jerárquico, las más pequeñas pueden permitirse ser más flexibles y crear un ambiente único.

Dinámicas de equipo como un club de lectura o una liga de fútbol son más fáciles de organizar con equipos reducidos y ofrecen más oportunidades de crear vínculos sólidos. Para los candidatos, estas actividades pueden ser igual de atractivas que los retiros corporativos de las grandes empresas.

Además, las pequeñas empresas suelen tener una cultura más orientada a la práctica y a la experiencia, lo que puede suscitar el interés de los candidatos con iniciativa y ganas de aprender aptitudes distintas a las suyas.